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MUCHAS FAMILIAS DE TANTAS

  • Foto del escritor: Nohemí Fernanda
    Nohemí Fernanda
  • 24 jul
  • 8 Min. de lectura
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Relatos de la Asociación de Edificios con Traumas Anónimos - AETA.

ADVERTENCIA:

Las reuniones de la Asociación de Edificios con Traumas Anónimos (AETA), tiene lugar en la colonia “Santa Inés”, en la sección de Azcapotzalco se presenta en un terreno baldío por la calle 16 de septiembre. Todos los jueves una serie de edificios se reúne para contar las historias anónimas de sus habitantes, éstos no precisamente tenían que notar las reuniones, pues se llevan a cabo en la madruga.
En estas reuniones se habla de la vida interior de los inquilinos, si pagaban renta o no, si eran higiénicos, si cuidaban las instalaciones; pero también se contaba la vida cotidiana de los mismos, pues, así como los humanos, los edificios también deben ir a terapia.

Nos concentraremos en dos predios en específico Duraznos 17 y Alcanfores 85, pero se encuentran relatos de otros espacios puntualizados. Los inquilinos de estos dos edificios, los han dejado traumados. Las cosas que se contaban dentro de este grupo en específico, se recopilan en una serie de relatos que encontrarás más adelante, sin embargo, es necesaria una advertencia.

SÍ TÚ QUE ESTÁS LEYENDO ESTO, RECONOCES A ALGUNO DE LOS PERSONAJES, DEBES PROMETER EN VOZ ALTA QUE NO DIRÁS ABSOLUTAMENTE NINGUNA DE LAS INTIMIDADES AQUÍ CONTADAS, PUES LA "AETA" PUEDE BUSCARTE Y ENCONTRARTE POR ANDAR DE HOCICÓN.
RECUERDA: SON DE AZCAPOTZALCO Y POR AHÍ UNO DEBE ANDARSE CON CUIDADO.
(Los nombres, calles y números fueron cambiados por seguridad de los personajes (y mía).

ALCANFORES 85. Interior 7.


Cuando Nancy decidió dejar su casa, nunca se imaginó que lo haría con sirenas de fondo, con la SEMEFO en la puerta y queriendo desaparecer a como de lugar. No podía, tenía dos hijos, no podía, tenía 30 pesos en efectivo y unos relucientes $0.00 en su cuenta bancaria.

Cuando Nancy llegó a vivir al Distrito Federal, creyó que sería para mejorar, para salir del infierno que le provocaba Nizagoche, Oaxaca, pero no fue así. Recién llegada, se alojó en una casa de huéspedes cerca del barrio de Tepito, en la calle de Hortelanos, donde conoció a Roberto, su futuro marido.

Nancy cayó en las redes del alcoholismo y era la única manera en que dejaba de pensar en que estaba siendo penetrada por $600 aproximadamente, 5 horas. A su marido no le importaba, él se dedicaba a hacer la limpieza en el mismo burdel donde su mujer prestaba sus servicios.

Las cosas cambiaron un día que, harta del trabajo que realizaba todas las noches sin falta, decidió morder el miembro de uno de los clientes y no es justificante, pero los jalones de cabello y los golpes innecesarios, hicieron que la mujer llegara a un hartazgo desmedido. Ese día que fue puesta de patitas en la calle, fue cuando descubrió que estaba embarazada la primera vez y no sabía, (como cliché), de quién era el padre, pero tampocole dio importancia, Roberto se haría cargo de eso.

Y así era su vida a diario, ir y venir, coger, fingir orgasmos, hablar con su marido como si le interesara el trabajo y después seguir fingiendo que lo que más quería era huir del mismo barrio al que había caído años atrás. Cuando Kimberly nació, su madre estaba hastiada de tener que haber sido obligada a tener relaciones sexuales con la panza crecida como un elefante y es que la mayor parte de los hombres son tan enfermos que contratar a una prostituta embarazada, era uno de los fetiches más recurrentes y por lo tanto, sus ingresos crecieron, pero sí, a costa de qué.

Así pasaron los meses y Kimberly crecía de burdel en burdel colgada de la teta de su madre, hasta que un día fue anunciado el segundo embarazo, Robertito iba a llegar a sus vidas, 6 años después del nacimiento de la primogénita, pero en este momento las cosas cambiaron, o no.

Un día mientras Nancy se ahogaba en alcohol y con dos niños corriendo por el cuarto de lámina en el que vivía, decidió que todos los ahorros que tenían, serían para salir del mundo de mierda en el que se había metido al querer salir a toda costa de Oaxaca. Tomó varias bolsas y en camisas hechas nudo, envolvió la ropa que tenían, levantó a su marido para mover los 5 muebles que tenían dentro de su departamento y se mudaron al norte de la ciudad.

Se instalaron en un edificio amarillo, lleno de manchas negras de moho por la humedad que emitía desde su interior. Departamento 7, les indicó la casera chismosa que sólo veía como entraban los muebles y se quedaban cada vez más sin espacio. Y en efecto, les faltó espacio para poder meter un mueble grande de madera, era una especie de vitrina cortada a la mitad y que tuvieron que dejar en el patio a regañadientes de la casera, con la promesa de que el siguiente fin de semana lo tirarían a la basura, (y así pasaron 10 fines de semana, hasta la tragedia).

Con el paso de los días, los papeles se invirtieron, Roberto trabajaba día y noche haciendo la limpieza de los burdeles en el centro de la ciudad, además de hacer la limpieza en casas de sus patrones, mientras tanto, Nancy decidió que era momento de vivir su juventud, ella había llegado a la ciudad a los 17 y ahora a sus 27 años, quería vivir todo lo que se había privado. Comenzó a salir con varios hombres y muchas veces sacaba ventaja y podía tener una entrada de dinero otra vez, podía tener relaciones sexuales con quien ella quería y disfrutaba de su vida, sólo estaba olvidando algo importante... Sus hijos se quedaban encerrados en el departamento la mayor parte del tiempo, a veces la niña tenía que cuidar de su hermano menor porque su padre no se encontraba cerca, regresaban de la escuela con casi 10 y 4 años y se quedaban sentados en las escaleras del edificio o en el pasillo fuera del departamento donde vivían, donde las tripas les tronaban del hambre y comenzaban a llorar de la desesperación de estar desamparados. Los vecinos los veían ahí tirados en el suelo, pero nadie hacía nada. Su madre volvía casi a las 10 pm y les preguntaba por qué se habían quedado afuera, como si ella no fuera la causante de las cosas que les sucedían. Los niños entraban corriendo y atacaban la comida que estuviera a su paso, si es que había y si no, solamente se tiraban en el colchón del suelo a dormir para no tener que pasar por hambre o el terror de oír a sus padres pelear cuando se encontraban con el desastre en el que vivían.

Roberto regresaba del trabajo y veía a Nancy moreteada del cuello, borracha hasta las chanclas y riéndose sola de las cosas que seguramente recordaba, los reclamos empezaban y los golpes con ello también, la desesperación de no tener para comer, así como el desinterés de la madre por la vida sus hijos y por su propia vida, hacía que Roberto quisiera salir a la calle y encontrar una manera de sobrevivir la noche, pero ¿a dónde iría si no tenía ni siquiera para pagar un cuarto de motel?, fue así que Roberto comenzó a dormir en el mueble que estaba en el patio, abría la puerta de la izquierda y se escabullía entre las tablas, hasta que sus pies chocaban con el fondo y entonces, se quedaba dormido. las noche eran llevaderas, hasta que llegó noviembre y la lluvia, el frío y los dientes tintineantes lo comenzaron a hacer más dificil.

Roberto dormía en el patio por las noches para "poder pensar" y así giraba una y otra vez en su cabeza por una solución que le ayudara a llevarse a sus hijos bastardos de ahí, a Nancy ni siquiera le preocupaba dónde estaba su marido a altas horas de la noche, solamente llegaba de la borrachera a querer acabar con su suplicio, el de vivir y el de haber tenido hijos que no pidió.

Un día Roberto encontró su ropa embolsada en la calle, de hecho, afuera de la panadería de la esquina que estaba en la calle de Alcanfores, cuando iba regresando del trabajo, fue notificado que su mujer había llevado toda su ropa y también algunas de sus pertenencias, decidió dormir entre sus cosas, en los miados que escurrían de la banqueta y entre las cucarachas que salían de la coladera. Ese día comenzó a sufrir los principios de la hipotermia, la baja de azúcar, el sudor frío, los dientes temblando y cómo la fuerza de sus músculos se acababa poco a poco. Al amanecer, decidió que la mejor solución era ir a comprarse un alcohol de caña para entrar en calor y arrastrándose poco a poco hasta el OXXO más cercano, compró su panalito de alcohol y decidió volver a donde estaban sus pertenencias.

Ese día fue a su trabajo de manera regular, pero bastante mareado, volvió al anochecer con dos panalillos de alcohol de caña dispuesto a dormir entre sus cosas que reposaban en la calle, pero no fue así. Cuando volvió, no encontró nada. Todas sus cosas habían sido recogidas por el camión de la basura que pasaba entre las 10 y 11 am, entonces encontró una estrategia que le permitiría pasar la noche como estaba acostumbrado. Para armarse valor, decidió que tomarse esos dos alcoholes de caña era una buena idea, agarró valor y mareado atravesó la calle, hasta el edificio amarillo con paredes mohosas, un vecino entró y lo reconoció, sencillamente lo dejó pasar, se adentró en el patio con piso de loseta laminada color rosita y encontró su antiguo hogar, no hablo del departamento que compartía con Nancy, sino del mueble que había estacionado 10 fines de semana. Se adentró entre las tablas y las puertas y decidió dormir, sin saber que esa sería su última noche dentro del mueble.

Al otro día todo se desarrolló de manera habitual, Nancy despertó, algo se sentía extraño, se asomó por la puerta del edificio y no vio a Roberto, ni sus cosas acumuladas en la esquina, sintió una especie de alivio, alistó a sus hijos para la escuela y les abrió la puerta para que caminaran y llegaran a tiempo, ella regresó a darse un baño con jícara, pues estaba a punto de llegar su nueva pareja, Donisio.

El desarrollo del día fue normal, mantuvieron relaciones sexuales de manera deleznable, los niños llegaron y se quedaron afuera del departamento, Nancy llegó tarde y continuó el día como si nada.

No fue sino hasta tres días después, que los vecinos empezaron a notar un hedor que provenía de la vitrina mal coratda del patio y un valiente decidió abrir una de las puertecillas, estaba el cadáver de Roberto, con un gesto de horror, pues algo o alguien o simplemente su realidad le había quitado el aliento.

La policía llegó, al igual que el SEMEFO, el mueble fue retirado como debió ser hace 10 fines de semana, pero por las razones incorrectas, en el acta de defunción se declaró congestión alcohólica e infarto al miocardio. Nancy, por otro lado, decidió irse del edificio y no porque le diera vergüenza alguno de los actos cometidos, simplemente porque Dionisio le prometió un departamento en las afueras de Ciudad Juárez, Chihuahua y con ello el plan de escape para cruzar la frontera. Fue así que decidió olvidar a sus hijos, tomó sus cosas y se fue.

¿Qué fue de sus hijos? Fueron recogidos por servicios sociales y el DIF, nadie volvió a saber qué sucedió con ellos o con Nancy, semanas más tarde y después de varias trapeadas, la marca del mueble desapareció del patio, el departamento 7 fue ocupado por un matrimonio y la vida siguió como si nada hubiera sucedido ahí dentro.





 
 
 

1 comentario


Oriana :)
15 ago

Es tan doloroso, pero se siente tan real y cotidiano :(

Escribes padrisimo💕

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Gatito garabato

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dando corazón

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