MUCHAS FAMILIAS DE TANTAS
- Nohemí Fernanda

- 14 ago
- 5 Min. de lectura

Relatos de la Asociación de Edificios con Traumas Anónimos - AETA.
ADVERTENCIA:
Las reuniones de la Asociación de Edificios con Traumas Anónimos (AETA), tiene lugar en la colonia “Santa Inés”, en la sección de Azcapotzalco se presenta en un terreno baldío por la calle 16 de septiembre. Todos los jueves una serie de edificios se reúne para contar las historias anónimas de sus habitantes, éstos no precisamente tenían que notar las reuniones, pues se llevan a cabo en la madrugada.
En estas reuniones se habla de la vida interior de los inquilinos, si pagaban renta o no, si eran higiénicos, si cuidaban las instalaciones; pero también se contaba la vida cotidiana de los mismos, pues, así como los humanos, los edificios también deben ir a terapia.
Nos concentraremos en dos predios en específico Duraznos 17 y Alcanfores 85, pero se encuentran relatos de otros espacios puntualizados. Los inquilinos de estos dos edificios, los han dejado traumados. Las cosas que se contaban dentro de este grupo en específico, se recopilan en una serie de relatos que encontrarás más adelante, sin embargo, es necesaria una advertencia.
SÍ TÚ QUE ESTÁS LEYENDO ESTO, RECONOCES A ALGUNO DE LOS PERSONAJES, DEBES PROMETER EN VOZ ALTA QUE NO DIRÁS ABSOLUTAMENTE NINGUNA DE LAS INTIMIDADES AQUÍ CONTADAS, PUES LA "AETA" PUEDE BUSCARTE Y ENCONTRARTE POR ANDAR DE HOCICÓN.
RECUERDA: SON DE AZCAPOTZALCO Y POR AHÍ UNO DEBE ANDARSE CON CUIDADO.
(Los nombres, calles y números fueron cambiados por seguridad de los personajes (y mía).
ALCANFORES 85. Interior 3.
Gabriel vivía rodeado de arañas, muy poca luz solar. No solía hablar con nadie, no le gustaba sonreír del todo, nada le impedía ser amable, pero nunca se sintió motivado a la socialización, no le gustaba lidiar con el drama de sus vecinos y vaya que había bastante en el interior del edificio.
Su departamento se caracterizaba por tener todas las ventana cubiertas por cortinas oscuras y gruesas, excepto una, la que daba al área de lavaderos, esa tenía una sábana grande y larga con el escudo de las Chivas, porque uno podía tener pequeños placeres mundanos. La puerta de su casa tenía calcomanías de varias protecciones, la estrella de David con geometría sagrada, el símbolo de Ohm, por dentro, una calcomanía con la oración del arcángel Miguel y claro. La decoración de la sala era austera, no tenía muchos muebles, pero el piso tenía marcado con tisa los símbolos que necesitaba para sus rituales, en cada esquina un bote de plástico transparente con la mitad de agua y el resto limones verdes, veladoras blancas por todas partes y también ciertas imágenes religiosas. En el área de su cuarto, una pequeña televisión con antena de conejo, una cama con cabecera de barrotes metálicos, unas sábanas un poco percudidas y sus acompañantes eran las telarañas que lo rodeaban.
Gabriel no mataba las arañas, de hecho las dejaba acumularse porque eran de buena suerte, tenía varias hierbas colgadas en un alamabre que recorría toda la ventana de la cocina, su casa casi siempre olía a tienda esotérica porque le gustaba prender inciensos para terminar las limpias. Sin embargo, Gabriel manejaba un perfil bajo para que nadie notara que era brujo. Trabajaba en una planta de producción metalúrgica de lunes a viernes de 9 a 7 y recibía un salario quincenal, además de varias identificaciones para los compañeros que querían una protección o una limpia.
Pasaba la mayor parte de su vida sin molestar a nadie y desapercibido, muy rara vez mantenía contacto con sus vecinos, pero sus vecinas del frente le caían bien, 2 hijas y su madre, se saludaban con amabilidad y compartían su pasión por las plantas. La hija menor tenía un mini huerto en el patio del edificio que a él le gustaba mucho observar desde la ventana de la cocina. Sus interacciones se limitaban mucho, no le gustaba mantener contacto, quedarse con la vibra de las personas siempre era pesado.
No tenía pareja, su familia no lo frecuentaba del todo, no le gustaba mucho encariñarse con la gente, siempre le dolía, era toda la definición de un solitario. Gabriel tenía una pasión, ayudar a la gente en silencio, ayudarlos a protegerse, hacía rituales de sanación dentro de su casa. Los hacía a distancia porque no le gustaba que nadie lo mirara hacerlos, tenía una amiga que siempre estaba dentro de su casa, rara vez salía y se dejaba ver. A veces en modo de sombra, a veces en modo de viento o ráfaga de frío, pero las conversaciones favoritas de Gabriel eran las que podía mantener con ella.
La parte de Gabriel que más odiaba era cortar los lazos y para eso necesitaba de su fiel amiga, en realidad la necesitaba para todo, era quien le daba la fuerza para seguir día con día, para no caer en vicios, en enfermedades, para seguir ayudando, después de todo, su propósito siempre fue ayudar a los necesitados, que menos saben que lo necesitan.
Un día recibirás el descanso que mereces, Gabriel. Tú no elegiste esto, tienes que continuar porque es la misión que se te encomendó. - le dijo su amiga
Pero eso no era lo que Gabriel quería, a sus 56 años lo que más deseaba era poder descansar, no escuchar voces y no sentir que la vida se le estaba yendo de las manos sin poder hacer más por él y siempre viendo por los demás. La gente era malagradecida, ni siquiera entendían que él mantuvo protegido el edificio donde vivía por más de 5 años, no entendían que el mal va más allá de lo que la mano del ser humano puede ejercer y él no sería quien se los explicaría, igualmente, nadie sospechaba.
Gabriel es lo que se dice un curandero del alma o pareciera que algo similar. Un día las cosas empezaron a cambiar, empezó a recibir más y a más gente en su vida, sólo para el consumo de sus servicios, empezó a cansarse y rezaba a Dios porque el suplicio acabara, pero no era así.
Fue visto alguna vez comprando en la tienda y al abrir su cartera para pagar, salieron unas 4 identificaciones de hombre y mujeres variados. Era extraño pensar que estaba sucediendo algo con un hombre tan tranquilo. Sus vecinos rara vez oían ruidos cerca de él o provenientes de su casa, nunca se veía que limpiaba y cuando el departamento fue abierto meses después, encontraron arañas por todas partes, (por la buena suerte), geometría sagrada pintada en el suelo y también muchas veladoras blancas por todas partes, además de los pocos muebles, la tisa y los limones, una escultura mediana del arcangel Miguel, además de varias fotografías de la gente que solía ayudar.
A pesar de que Gabriel pudiera parecer un hombre ermitaño y solitario, se dice que siempre estaba hablando con los entes a su alrededor, algunos cercanos a él, decían que tenía una conexión inexplicable con los ángeles, otros dijeron que hablaba con fantasmas, pero al final, sólo era él con sus pensamientos. De los trabajos que alguna vez pudo hacer, nadie tiene pruebas, sólo se dijo que curaba almas, que siempre emanó tranquilidad, que dedicó su vida al resto y nunca a él. De hecho, cuando fue encontrado bocaabajo en el suelo de su recámara en el departamento, pasaron 8 días para que alguien pudiera encontrarlo, pero como sorpresa, el cuerpo no estaba descompuesto, no estaba pudriéndose, sólo estaba en el suelo y parecía que dormía. Se fue tranquilo y sin ruido, como era característico en él, al final nadie sabe cómo o por qué, simplemente un día dejaron de verlo en el trabajo, su madre dejó de recibir llamadas de él, ante la desaparición, la puerta fue abierta y ese pequeño mundo fue descubierto, pero jamás entendido.
Descansa en paz, Gabriel, donde sea que estés.




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